El amor …
El amor según el dicho “mueve montañas” pero según la calidad de este puede acercarlas o crear el drama de separarlas. Hay amores que admiro. Me emociona pensar todo el amor que ha debido recibir Malala Yousafzai por parte de su padre al educar a una niña libre en una tierra esclava de los islamistas talibanes,que intentaron con un tiro acallar esa garganta,que cada vez que se libera despierta la conciencia tan adormitada que tenemos todos nosotros. Necesitamos mas personas como ella que con su palabra limpie tanta injusticia . Me indigna ver que aun hay mujeres que piensen que amar es sufrir, y que se hayan reducido las denuncias por maltrato con esta crisis que hace que la dependencia en muchos casos crezca.Si te encuentras en esta situación , no estas sola, busca el amor y el apoyo en los teléfonos de ayuda 016 (que no se refleja en la factura) y en esa marea morada tan vapuleada también por los recortes pero que sigue haciendo un trabajo espectacular en apoyo a las mujeres. Y hablando de mareas moradas;este sábado no pude recibir más amor en el congreso de GEPAC vi a personas que con su trabajo me han dado tanto cariño y fuerza..me han dado salud. Y es que hay una relación tan estrecha entre salud y emoción que no podemos obviarla. Cuando estas pasando por un cáncer o un cambio vital como la menopausia todo puede sumar o restar y más en la sexualidad. Fui a la conferencia que dio doctor Koldo Martínez en la que abogó por una sexualidad flexible en la que el coito no sea el único protagonista y nos leyó el testimonio de Nieves Biurrarena en noticiasdenavarra.com y que os trascribo : ” Cuando me detectaron el cáncer, mi marido estuvo 100% conmigo,es más al darle la noticia él fue quien me centró. Yo pensé que me moría y me dijo : “Te dejo 24 horas para llorar y luego sacas esa garra que tienes dentro porque no me puedes dejar solo”, recuerda desde la serenidad que le proporciona contemplar la enfermedad con cinco años de distancia y la recuperación en la palma de su mano. ¿Qué tiene esta patología que refuerza a unas parejas y a otras ,como la de Nieves, las destruye, en su caso tras 11 años de convivencia? “Es la única vez en mi vida que me permití preocuparme por mi misma, porque así me lo aconsejaron, y él no supo estar a la altura. Una cosa es el cáncer que ve la gente ,y otra el de la puerta del dormitorio para dentro” explica con un punto de decepción que el brillo de su mirada oculta de inmediato. Siente pudor al hablar de su vida íntima ,pero entiende que desvelar su experiencia puede servir a otras mujeres e incluso a animar a sus parejas a buscar ayuda para afrontar un cáncer que apunta de lleno a la feminidad y condiciona la vida afectiva y sexual. “Me quitaron un pecho, se me cayó el pelo por el tratamiento y empecé a engordar. En 8 meses pasé de una talla 36 a una 46. Había muchísimos momentos en que no me reconocía en el espejo. El deterioro físico hace que al año de la detección seas otra persona”,comenta. “Como estaba tan aturullada ,en ese momento la sexualidad me importaba cero. No tenía ganas de nada , pero al terminar los tratamientos empecé a sentir que podría de nuevo , pero mi marido ya había empezado a alejarse de mi,pedía una caricia porque lo que necesitaba no era sexo, sino cariño, y no la obtenía. En dos años ,lo intentamos un par de veces ,pero las relaciones eran dolorosas y la situación estaba mal”. Dos son los momentos clavados en la memoria de esta mujer de 44 años, diagnosticada en 2008 : cuando descubrió a su marido mirándola furtivamente y una discusión por su transformación física. “Intentaba desnudarme delante de mi marido y ,no sé si por vergüenza o por la situación no me miraba. Un día lo observé en el balcón ,observándome a hurtadillas mientras me duchaba.Imagino que quería ver mi cuerpo como un niño que desea ver algo que no puede o no debe, pero en su caso tenía mi permiso solo que él no se atrevía a mirarme directamente”. Ese día el desagüe engulló más lágrimas que agua .Una trifulca en los probadores de un comercio fue el segundo de los episodios “él conocía a una Nieves y yo era otra. Suelo cantar en Navidad en Sunbilla y dentro de todo mi malestar y deterioro físico me quería sentir guapa y que la gente me viera bien. Me iba probando la ropa : una talla tras otra …mi marido no lo entendía. Me reprochaba cómo me estaba poniendo. Me quedé sentada en el banco del probador llorando mientras mi marido se me escurría entre las manos como el agua” . Otro de los mazazos que le reservaba su castigado cuerpo dejó en evidencia su soledad.” Me salió un bulto en la otra mama. Me repitieron todas las pruebas y estuve casi un mes esperando los resultados.Lo pasé peor que cuando me detectaron el cáncer porque sabía lo que se me podía venir encima. Mi marido me acompañó a la consulta,quejándose porque la cita se retrasaba,hasta que por fin me llamaron. Sin sentarme el médico nos comunicó que no era malo. Fui a darle un abrazo a mi marido y una viga de cemento o hierro e hubiera dado más calor. Luego me enteré de que mientras esperaba los resultados , le habían visto en un hotel con una chica, aunque él nunca ha admitido la infidelidad” . Humillada la separación llegó “me hizo sentir la mayor humillación de mi vida como persona y como mujer. Me culpaba a mi misma y llegué a entenderle por mi deterioro físico, no me veía mujer,pero no somos solo un físico, somos personas con nuestro corazón. Bastante pasamos para encima no sentir a tu lado a tu pareja”. Hoy Nieves es una mujer feliz que ha encontrado alguien que la ha sabido querer bien ni más ni menos,como ella necesitaba. Y tú .. ¿que amor te ha sumado?
La entrada Amo,amas,amare,amavi aparece primero en Nodramapausia.